Los expertos científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) han publicado una nueva reevaluación sobre la exposición alimentaria al bisfenol A (BPA) y concluyen que efectivamente constituye un problema de salud para consumidores de todos los grupos de edad y que es necesario tomar medidas al respecto.
En una evaluación exhaustiva de las pruebas científicas, y tras las aportaciones de una consulta pública, los expertos de la EFSA identificaron efectos potencialmente nocivos para el sistema inmunitario.
El bisfenol A (BPA) es una sustancia química que se utiliza en combinación con otras sustancias para fabricar plásticos y resinas. Se utiliza, por ejemplo, en plásticos de policarbonato, un tipo de plástico transparente y rígido que se utiliza para fabricar dispensadores de agua, recipientes de almacenamiento de alimentos y botellas de bebidas reutilizables. También se utiliza para producir resinas epoxídicas empleadas para fabricar recubrimientos protectores y láminas para latas y cubas de bebidas y alimentos.
El problema es que las sustancias químicas como el BPA utilizadas en contenedores de productos alimenticios pueden migrar en cantidades muy pequeñas a los alimentos y bebidas que contienen y finalmente son ingeridas por los consumidores.
¿Cuáles son las consecuencias del conusmo de bisfenol A para la salud?
La ECHA (Agencia Europea para Sustancias y Preparados Químicos) en su reunión de 17 de junio de 2017, confirmó por unanimidad que el BPA es una sustancia con propiedades de alteración endocrina y con probables efectos graves para la salud humana, generando un nivel de preocupación similar al de las sustancias carcinogénicas, mutagénicas y tóxicas para la reproducción (CMR categoría 1A o 1B).
Con estos datos en mano, la EFSA ha recomendado reducir significativamente la ingesta diaria tolerable (IDT) establecida en su evaluación anterior de 2015. Más concretamente, y a partir de la base de todas las nuevas pruebas científicas evaluadas, los expertos de la EFSA han establecido una IDT de 0,2 nanogramos (2 mil millonésimas de gramo) por kilogramo de peso corporal al día, en sustitución del nivel temporal anterior de 4 microgramos (4 millonésimas de gramo) por kilogramo de peso corporal al día. La IDT es aproximadamente 20 000 veces menor que antes.
Al comparar la nueva IDT con las estimaciones de la exposición de los consumidores al BPA en los alimentos, la EFSA concluye que las personas de todos los grupos de edad con una exposición media y elevada al BPA superan la nueva IDT, un motivo de inquietud en materia de salud.
El asesoramiento científico de la EFSA respalda el proceso decisorio de la Comisión Europea y de los Estados miembros de la UE, que son responsables de establecer límites a la cantidad de una sustancia química que puede migrar del envasado de alimentos a los alimentos o de introducir otras restricciones específicas para proteger a los consumidores.
La Comisión Europea y las autoridades nacionales debatirán las medidas reglamentarias adecuadas para el seguimiento de las recomendaciones de la EFSA.
Fuentes de información: