La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) autoriza que cerdos manipulados genéticamente entren en la cadena alimentaria. La autorización de la FDA es sólo para los cerdos producidos por un centro de investigación concreto.
El objetivo general es desarrollar rasgos deseables para mejorar la producción de alimentos y la calidad de la carne.
En estos cerdos se les ha aplicado la tecnología CRISPR (en inglés: Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) o Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Espaciadas. Se utiliza el Caso9, una endonucleasa conocida por actuar como “tijeras moleculares”, que corta y edita, o corrige, en una célula, el ADN. Un ARN guía dirige las tijeras moleculares Cas9 al lugar exacto donde se va a cortar la cadena de ADN.
Los cambios realizados a través de CRISPR no afectaban a ninguna parte del genoma que hicieran a los animales más susceptibles a enfermedades infecciosas. Hay quien se refiere a ese procedimiento como una “forma de alta tecnología de cría selectiva”. Estos cerdos no corresponden al concepto hasta ahora conocido de “animales modificados genéticamente (OMG)”, lo que implicaría una tecnología diferente que consiste en insertar ADN de una especie externa en el genoma de un organismo. Es decir, estos cerdos a los que se les ha aplicado la tecnología CRISPR, no incorporan ningún ADN externo a cerdos. La edición génica es una tecnología de vanguardia que sólo funciona dentro del ADN de una especie y que puede realizar cambios que se podrían producir de forma natural o mediante prácticas de cría tradicionales. Por este motivo se solicita que los alimentos elaborados a partir de estos cerdos no deban llevar un etiquetado especial.
Para explicarlo de otro modo, la modificación genética que se hace de estos cerdos es muy diferente al salmón modificado genéticamente al que se le incorpora un gen de peces oceánicos que actúa como “interruptor” para producir la hormona del crecimiento durante todo el año. Una medida que permite acortar el tiempo que transcurre hasta conseguir un salmón maduro.
El director de este proyecto explica que las prácticas de producción convencionales no serán suficientes para alimentar a la población mundial en 2050. Por eso, hacen falta soluciones biotecnológicas como la edición de genes CRISPR.
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